Detenido.

Se detiene el salto al abismo, se congela la imagen entre el aire y el golpe.
Los pájaros que has espantado dividen la bandada y se pierden para siempre.
Los vértices de la tierra señalan hacia arriba, hacia donde iras a parar después de romperte todos los huesos. Y la mancha que deje la sangre será la única huella que se recordara.
Ahora te lo piensas 2 veces, o unas cuantas más. Vuelves sobre tus pasos.