"- Se libraron de ellos. Sí, muy propio de ustedes. Librarse de cualquier cosa desagradable en lugar de aprender a soportarla. En todo caso, es más noble sufrir en el alma las pedradas o las flechas de la mala fortuna, o bien tomar las armas contra un mar de pesares y oponerse a ellos hasta el fin. Pero ustedes no hacen ni lo uno ni lo otro. Ni sufren ni luchan. Se limitan a abolir las pedradas y las flechas. Es demasiado fácil. (...)
-Preferimos hacer las cosas confortables.
-Pues yo no quiero comodidad, Yo quiero a Dios, quiero poesía, quiero peligro real, quiero libertad, quiero bondad, quiero pecado.
-En suma -dijo Mustafá Mond-, usted reclama el derecho a ser infeliz."
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