miércoles, 28 de julio de 2010

# Atmósfera.

Tres infinitos acribillados. Los dos despiertos. Un duelo de imposibles que se repite cuando las horas suben y el sol se recuesta en los límites del mundo. El cuerpo despedazado a mordiscos, la boca llena de sangre que hierve mientras cae por mi barbilla. Alacranes, cientos de ellos envenenando romances para quedarse enganchados a sus cinturas quietas y encajadas. Fiebres, sudores cayendo en picado, en avalanchas liquidas que lo abarcan todo. Y todo soy yo, y eres tú, y son los orgasmos encendidos que nos alumbran esta noche mientras nuestros gritos perforan la atmósfera.

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